Manuel López Farfán marcó una época en la historia de la Marcha Procesional a partir de los años 20 del pasado siglo, estando al frente de la Banda del Soria 9. Así, en marchas como “Ntra. Sra. del Mayor Dolor” de 1927, “La Virgen en sus Lágrimas”, compuesta en 1926, o “La Victoria de María” del año 1921 se hace presente unos amplios pasajes en los que los bajos cobran gran protagonismo. Pero, 1924 decidió componer una marcha valiente, impensable entonces, de un carácter alegre descarado y encima incluyendo una toná de campanilleros con el concurso de una parte coral. Le puso el nombre de “Pasan los Campanilleros” y su estreno fue un éxito. Al año siguiente, subió otro escalón con la composición de “La Estrella Sublime”, marcha de una belleza sin igual, con un fuerte de bajos modélico.
"La Estrella Sublime" aunque por su nombre pueda parecer que esté dedicada a la Virgen Estrella de Triana, realmente lo está a la Virgen de la Hiniesta que también procesiona el Domingo de Ramos en Sevilla. Es la marcha que supone la ruptura con el estilo fúnebre, que comienza con una explosión de júbilo a modo de llamada con cornetas y un tema inicial que se repite donde la dotación de cornetas participa constantemente. Se da paso tras este tema al "fuerte de bajos" que vuelve a enganchar con el primer tema y las cornetas finalizando con el último tema o trío muy elegante. En definitiva un esquema de marcha típico de las compuestas por Farfán.